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Mostrando entradas de julio, 2016

La experiencia es un grado

Decía el genial cantante Loquillo en su tema “Mis problemas con las mujeres” una frase que siempre me ha parecido de gran sabiduría al hablar sobre chicas: Con dieciocho son capaces de llegar al final // Ya pasados los treinta han aprendido a esperar . Y es que no se trata de esperar sin más, sino de saber medir los tiempos y aprender a crear ciertos ritmos para aumentar la satisfacción. Este control y también autocontrol solo lo dan dos maestros de primera como son el tiempo y la experiencia. Y ambos deben de ir de la mano. Una persona muy joven, aunque tenga mucha experiencia, no ha tenido tiempo para asimilarla y aprender de ella. Está demasiado ocupada viviendo intensamente. Pero según se cumplen años, se aprende a no vaciar la copa de vino de un solo trago, más bien a saborearla y paladearla porque así es como se aprecian todos y cada uno de los matices de la bebida. Exactamente lo mismo ocurre con el sexo. Las prisas y las ganas de acabar pronto son propias de la juventud